La profesionalización del educador
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Hablar del educador profesional en tiempos de cambio es dejar un concepto abierto a múltiples interpretaciones. Si el enfoque lo hacemos hacia el profesor de preparatoria, entonces caemos en la cuenta que la gran mayoría no tienen una formación pedagógica, pero aun teniéndola, el concepto de docente está cambiando tanto que ya sería obsoleto.
Un educador profesional sin embargo, es aquel que se enfoca en el aprendizaje del alumno, es aquel que se prepara, que se capacita, que busca las mejores estrategias, que es innovador, que es auténtico, que tiene pasión por lo que hace, pero sobre todo es aquel que vence los obstáculos que sus propias limitaciones le imponen porque trabaja sobre un objetivo concreto.
Las lecturas de la semana dejan claro que el docente del siglo XXI tiene más trabajo que aquel que dicta una conferencia dentro del aula, porque tiene que preparar no solamente la estrategia adecuada para cada nivel educativo y para cada grupo en particular, sino también tiene que adecuar una estructura mental y académica con la que ha trabajado toda la vida, es cambiar completamente el chip y darse cuenta que hay todo un reto que vale la pena cumplir.
El docente de hoy planifica, estructura y no tiene como objetivo principal el número por el cual actualmente trabajan los alumnos, sino que su enfoque es hacia el aprendizaje significativo, aquel que los alumnos puedan aplicar y con el que puedan resolver problemas. Tiene que orientar a los chicos hacia la argumentación y hacia el pensamiento crítico y esto demanda una atención más personalizada contrariamente a lo que se piensa.
La profesionalización de los docentes es una necesidad, ya que deben ser los más capacitados porque son los formadores de las nuevas generaciones, las más competitivas hasta este momento, pero también debe considerarse que el pago que deben recibir también debe ir acorde con el desempeño y los resultados que presenten.
