Color sol

--Originally published at Identidad digital

Semanas atrás habíamos hablado de negocios vía facebook, al hablar con esa persona llegué a preguntare quien era. En ese momento la veía como un ente sin género, edad ni cuerpo físico.

Le di poca importancia.

Cuando subí las escaleras para hacer negocios a quien primero vi fue una mujer, asumí que ella era la persona con la que había estado hablando. Seguí caminando y ahí estaba aquel ser, antes, inmaterial.

Era de esas bellezas por las cuales agradeces a Dios, caras con tanta armonía que hasta da pena mirarlas detenidamente, sin embargo los ojos no quieren despegarse de ellos. Un imán de pestañas largas, ojos café clarito.

Podía quedarme mucho tiempo viendo esa cara tan bonita.

Era tan agradable su presencia que mi cuerpo lo notó; estaba nerviosa, con olas en el estómago y manos sudorosas.

Yo soy una simple mortal que con el hecho de ver cosas así se conforma. No pido más, no busco conocerlo ni platicar ni formar una familia con  él. Me quedo con el buen recuerdo de saber que hay unos ojos radiantes y bellos, en algún lugar de Zapopan disfrutando del calor pegajoso de ésta época. También es bonito saber que la ciudad es lo suficientemente grande como para no volver a verlo.