Entre críticas y cultura

--Originally published at Del habitar y sus cosas

En el caso muy específico del diseño en México se respira un ambiente de duda, entre promocionar el arte y criticarlo existe una frontera un tanto desdibujada marcada por el miedo y el elitismo. La crítica llega a ser frívola y poco provechosa con una finalidad en sí misma.

Para buscar temas relacionados al arte y la cultura hay que hurgar entre periódicos y revistas, en el primero sobretodo, rara vez uno se encuentra con asiduos periodistas al arte, a la arquitectura o al diseño y la cultura en general, periodistas locales que se encarguen de las expresiones artísticas y arquitectónicas de la ciudad, como diría Lina Bo Bardi, la cultura está relegada a libros que poca gente lee.

Se habla de falta de cultura pero nadie hace nada para remediar el estado en el que se encuentra la población en general. Por un lado tenemos a los críticos, a los artistas e intelectuales que se quedan en su pequeño círculo discutiendo temas que quedan en el mundo de las ideas o que son creados para su autoconsumo.

Por otro lado están científicos e investigadores, que igualmente están encerrados en su propia atmósfera, alejados de populo y del arte. Ambos bandos pecando se soberbia y dejando de lado al populo, que lucha a cada día por sobrevivir, que se encuentra tan ocupado en día a día que no tiene tiempo para centrar su pensamiento en temas enigmáticos.

En pocas palabras, se critica y se estudia la vida desde un espacio cómodo pero no se toman medidas prácticas. En las escuelas no se enseña sobre la satisfacción espiritual, en ocasiones se llenan las mentes de los jóvenes de conocimiento poco práctico y tergiversado, como menciona Bo Bardi “las escuelas se han convertido en la antítesis de la vida”. Ella misma plantea preguntas sumamente interesantes: ¿Por qué no sustituimos la cultura abstracta, metafísica, cosmopolita por las diversas culturas capaces de resolver los problemas de los varios países que, reunidos, podrían formar el gran concierto de la cultura mundial? ¿Por qué el literato no ha sido aún sustituido por el nuevo humanista, con bases técnicas capaz de resolver y comprender los problemas humanos?

Sus preguntas tan interesantes como difíciles de llevar a cabo en un contexto real nos enseñan los primeros pasos para cambiar el panorama al que nos enfrentamos. No puede existir una mente crítica si hay ausencia de pensamiento. Dejemos de esperar panoramas ideales y actuemos con lo que se tiene. Educadores, periodistas, científicos, diseñadores y gobernadores tienen mucho que aportar en pro de una población con vivienda, alimento y educación.