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4° Pilar Docente profesional - Flipped Learning Open Course
An Open and Connected Course for Faculty Development

4° Pilar Docente profesional

--Originally published at Mi Blog...Jessi IR

DOCENTE PROFESIONAL

Creo firmemente en la posibilidad de ser un parte aguas en la vida de nuestros alumnos cuando de inspirarlos se trata. Pienso que es importante estar concientes de las fortalezas de cada uno de nosotros, para trabajar en base a mis áreas de oportunidad y poder darle a los jóvenes lo mejor de nosotros en vez de llegar a contagiar de aquellas etiquetas que posiblemente estén dentro de nuestro ser.
Cuando desconocemos quienes somos o cuando NO LO ACEPTAMOS es difícil estar abiertos a nuevas posibilidades de crecimiento. Sentimos que ya está hecho todo cuando hay cuatro formas de hacer lo mismo. Por supuesto que las consecuencias se visualizan en nuestras secuencias didácticas monótonas y lo peor es cuando afecta nuestro papel frente a un grupo. La mayoría de las veces los años de experiencia nos juegan una mala partida porque se nos dificulta creer que los jóvenes ya no son del tipo de nuestros jóvenes de hace 10 años, es más, ¡ni de hace 4! Y cuando somos madres ponemos los ojos de nuestros hijos en la cabeza de algunos alumnos. Aceptar que debemos ser más flexibles, negociar en lugar de imponer, consolidar un ambiente de discuplina por convicción es un reto impresionante porque el control parece perderse. Es más fácil inducir con premios y castigos que dejar que ellos retomen el camino correcto convencidos.  Para llegar a promover el autoaprendizaje es importante transmitir a nuestros alumnos seguridad y confianza en ellos; de tal manera que la primera persona segura y confiada es el profesor. Existen muchos momentos que se convierten en instantes de profunda reflexión para todos. Ellos, nuestros jóvenes aprenden DE TODO; de un grito sin razón, de la falta a la palabra, de la impuntualidad, de la soberbia, del egocentrismo y del autoritarismo. Autocontrolarse en aquellos momentos donde la clase parece boicotearse y llevar siempre un plan B o C no es mala idea.
Ser el centro de atención, inspirar miedo y no confianza, establecer una postura inflexible y autoritaria, parecieran las cualidades de un excelente profesor de hace décadas, e imagino entrar a su salón y ver un grupo completamente callado y mirando hacia donde su profesora mira, esperando la indicación para entrar a la acción. Ahora es o debe ser diferente, porque requerimos de jóvenes que cuestionen y que se levanten a proponer, en lugar de chicos que respondan y se queden inmóviles en sus lugares. ¡El país, el mundo lo pide a gritos! Nada es imposible cuando nuestra clase lleva intención clara, desde la apertura hasta su evaluación, todo es posible cuando los primeros inspirados somos nosotros, cuando reflejamos en nuestro arreglo personal, en nuestro material, en nuestro hablar, en nuestro ser la pasión por compartir y por el deseo de querer ser una pequeña o microscópica referencia de cambio en nuestro presente o futuro. Alguno de esos jóvenes puede ser un promotor de valores el día de mañana, quizá un alumno se convierta en un punto de partida en el cambio que tanto anhelamos, ¿como no pensarlo? ¡Si pasan por nuestros ojos a diario, y muchos y por tantos años!
¿Es importante encontrar culpables?
“Nuestros chicos están desnutridos de amor” referencia de Alejandra Llamas en su libro el arte de educar, dirigido a padres. En ese contexto pudiéramos colocar a los jóvenes como víctimas y a los padres como victimarios, por ser  familias que se encuentran trabajando sin cesar y descuidan a los hijos o qué tal el absurdo de que las familias se están desintegrando y que al haber tantas madres solteras, los hijos se están perdiendo. ¿Quién causa qué, sirve de algo? Podría ser un tema para una organización social en pro de los valores en los jóvenes, pero a mí, profesora ¿de qué me sirve? Siempre he pensado que el maestro, o que el colegio debe ser tan colorido que una vez que el alumno atraviese la puerta de entrada se queden afuera todos esos “desajustes” y problemas que le hacen gris el panorama.
Porque pasan mucho tiempo en el colegio, porque allí se desarrollan sus características sociales y personales que le abrirán el camino hacie al éxito en su vida. Pero si al entrar se encuentran con los señalamientos, cargas de obligaciones sin sentido, autoritarismo o un exceso de “valemadrismo” unicamente desnutren y destruyen… ¿Cómo nutrir? Con empatía, siendo pilares fuertes para ellos, pilares de ejemplo, sin hablar tanto, ser ejemplo de vida, porque puedo hablar mucho, llenar libretas, saturarles el disco duro de información pero cuando hay incongruencia esta información se contamina y no llega hacia su verdadero destino. Ser congruentres en nuestro andar y ser modeladores, porque nuestro alumno está observándonos en todo momento, ellos necesitan nuestra presencia pero una presencia linda y atenta ante sus necesidades.
Hacer de nuestra clase una marca
En mi experiencia he escuchado comentarios en relación a la forma en que los alumnos ya asocian las tareas de su profesor por distinción. Por ejemplo, hace poco, con mi hija, visitamos a una amiga, la hija de mi amiga estaba en la mesa del comedor, tenía el libro de historia a un lado de la libreta junto con una pluma roja y negra lista para empezar la tarde de tarea. Valeria, mi niña , enseguida le dijo: – Tarea de miss Martha – La pequeña se sonrió y le dijo, ¿cómo lo sabes?, enseguida mi hija describió con mucha facilidad la manera de trabajar de esta miss que había su maestra de historia hace más de 4 años.
¿Cuántos de nuestros alumnos sin conocernos llegan a clase sabiendo lo que les espera? Porque tenemos años repitiendo esquemas y queriendo que respondan de la misma forma. Haciendo a un lado las experiencias de vida por darle más importancia a los contenidos y al aprendizaje sin pensar si es significativo para su vida o no. Rico es cuando un alumno llega a tu clase con altas expectativas porque has convertido de tus recursos una patente, una marca que te reconoce como un profesor innovador e impredecible. Quizá hoy los recibas con una tarjeta de color, quizá entre a tu salón y tengas música, podría ser el día de una charla con un amigo de España que quiere compartir algo con tu grupo… ¡Todo es posible! Hoy no hay barrera que se interponga para hacer de una sesión de aprendizaje un momento mágico que llene no solo la cabeza sino también el corazón.

Debemos desarrollar un ojo biónico que detecte las necesidades especiales que cada grupo tiene, planear en función de un diagnóstico que vaya de la mano del ambicioso programa, con la meta de que en un tiempo los grupos estén nivelados pero sobre todo igualmente inspirados a desarrollar las aptitudes y actitudes idóneas para la generación de nuevos propósitos.

Somos marca, somos ejemplo, no dejemos que las limitantes que nos fueron impuestas y que en algunas ocasiones siguen latentes nos pongan la trampa. Que el amor a nuestros alumnos, a nuestra profesión, a nuestra vida nos llene de energía que contagie a estos “niños” que están con los puños cerrados a veces a la defensiva y hagamos de una clase un circulo virtuoso, con luz, agradecimiento y esperanza.