Coherencia, forma nueva y vida nueva ¿Cómo deben ser los interiores de una espacio para que exista una correspondencia coherente entre forma y vida?

--Originally published at Identidad digital

A partir de cambios sustanciales en la sociedad, la industria y en general la manera de vivir, durante el modernismo se plantean nuevas teorías y formas de diseñar y percibir la arquitectura. Debido a dicho cambio surge la necesidad de generar diseños, específicamente de interiores y mobiliario de tal manera que respondan y se adapten a la nueva forma de vida.

El arraigado gusto por el academicismo impidió se generaran soluciones adecuadas, que mantuvieran un vínculo entre el diseño interior de la arquitectura y su exterior. Como resultado de esta falta de sensibilidad los diseñadores y la industria no llegan a tener contacto alguno. Esto genera productos carentes de soluciones adecuadas y artistas dedicados al arte por el arte, a una vida ficticia y una estética estéril.

El artesano es sustituido por la máquina. Surge una oportunidad para que arquitectos y diseñadores realicen diseños teniendo en mente el potencial de las máquinas sin menospreciar la relación de éste con la economía y la estética, lo cual, de acuerdo con Lina Bo, exige simplicidad de formas y acabados coherentes. Dicha oportunidad da pauta para generar expresiones artísticas de cierta autenticidad y sin regresiones sentimientales.

Lina Bo abogaba por un cambio en diseño de mobiliario e interiores que vayan de acuerdo con los planteamientos del modernismo, escribiendo en la revista Domus el artículo ‘Disposición de los espacios interiores’ hace notar la incoherencia de introducir detalles con diseños marcados por el academicismo a espacios que poco tienen que ver con planteamientos del viejo mundo cuya filosofía de diseño es completamente distinta a lo que el ser humano de esa nueva época necesita.

A pesar que dicho artículo fue escrito el siglo pasado en la actualidad dicha problemática sigue viva y latente. Muchos insisten en traer al presente reminiscencias que poco responden al clima, la sociedad, el entorno y las necesidades de los seres que vivimos en 2018. Se insite en crear sin ser crítico ni sensible a la realidad.

Los habitantes y diseñadores siguen indiferentes a la realidad de la situación.

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