Milestone 1

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“¿Alguien sabe por qué mis materias no son las de cuarto semestre?” y así fue como todo comenzó. Justo después de generar nuestro turno de inscripción todos mis compañeros cuyo horario contaba con materias que no hilaban con las materias que supuestamente tendríamos asignadas para el cuarto semestre de nuestra carrera se abalanzaron con nuestros directores de carrera a pedir una explicación. Algunas semanas después fuimos convocados a una junta informativa donde nuestra sospecha fue confirmada, habíamos sido seleccionados para participar en semestre-i. Después de esta junta no perdí una oportunidad para preguntar a mis compañeros y amigos de semestres mayores que conocían ellos de semestre-i y que era lo que había escuchado de aquellos que ya había cursado uno de esos semestres. Lamentablemente nadie me daba una buena referencia.

El día llegó de iniciar clases y la incertidumbre ya se había apoderado de todo mi grupo al ni siquiera tener un horario definido para clases. Poco después de una cordial presentación de todos nuestros maestros se nos aclararon diferentes detalles en cuanto a aspectos técnico de las materias, evaluaciones, cuestiones de faltas y horarios de clases. Todas las dudas que teníamos fueron respondidas y aclaradas por nuestros profesores, inclusive la que yo más me temía “Tienen hasta el lunes para subir sus equipos a BlackBoard”, mis temores me visitaron y me recordaron todas aquellas ocasiones durante toda mi vida en las que al momento de elegir equipos siempre era la última. Ese fue mi primer reto, encontrar equipo.

Los días transcurrieron con rapidez y antes de darme cuenta estábamos a días de la primera semana de inmersión. Para este momento, las prácticas de redes, las actividades que la maestra Cham y nuestras sesiones de estudio para nuestro temido examen de microcontroladores habían ya creado un bonito vínculo mi equipo y yo. Creo que si somos honestos ninguno de los integrantes de mi equipo y yo nos imaginamos que congeniáramos tanto, e inclusive uno de mis compañeros de equipo vivía como a diez minutos de mi casa por lo que nos acompañábamos en nuestro largo viaje de regreso a nuestras casas que duraba en promedio dos horas.

La primera semana de inmersión fue una experiencia nunca antes vivida por la mayoría de mis compañeros, fue una semana bastante pasada y con muchos entregables y vagas nociones de cómo hacer lo que se nos pedía. Las instrucciones eran claras, para la primera mitad de la semana se debía hacer las entregas prácticas, y para el final de la semana era nuestra presentación ejecutiva. Lo más difícil de la primera semana de inmersión fue microcontroladores, siendo la mayoría de los estudiantes de cuarto semestre, no contábamos con experiencia previa en programar en C ni conocíamos nada de microcontroladores por lo que fue todo un reto lograr los requerimientos, por suerte contábamos con nuestro maestro, Martín Sinsel que nos salvó con su sabiduría. Con desperfectos, pocas horas de sueño y con muchas áreas de oportunidad, conseguimos cumplir con todos los requerimientos y terminar la semana de inmersión con “saldo blanco”.